Ayer, el Sumo Pontífice se reunió con el presidente armenio Serzh Sargsián y el Catholicós de todos los Armenios Karekin II. "Aquella tragedia, aquel genocidio, por desgracia, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la aniquilación de poblaciones enteras", declaró el Papa Francisco ayer. "Es tan triste que -tanto en éste como en los otros dos- las grandes potencias internacionales miraban hacia otro lado".
"Teniendo ante los ojos los terribles efectos que en el siglo pasado causaron el odio, los prejuicios y el deseo desenfrenado de poder, espero sinceramente que la humanidad sea capaz de aprender de esas trágicas experiencias a actuar con responsabilidad y sabiduría para evitar el peligro de volver a caer en tales horrores", agregó el líder del Vaticano.
Luego, recordó que en la actualidad "los cristianos son discriminados y perseguidos en algunos lugares por el mero hecho de profesar su fe".
"Es indispensable, por tanto, que los responsables del destino de las naciones pongan en marcha, con valor y sin demora, iniciativas dirigidas a poner fin a este sufrimiento, y que tengan como objetivo primario la búsqueda de la paz, la defensa y la acogida de los que son objeto de ataques y persecuciones, la promoción de la justicia y de un desarrollo sostenible. El pueblo armenio ha experimentado estas situaciones en primera persona; conoce el sufrimiento y el dolor, conoce la persecución; conserva en su memoria, no sólo las heridas del pasado, sino también el espíritu que le ha permitido empezar siempre de nuevo. Así pues, lo animo a no dejar de ofrecer su valiosa colaboración a la comunidad internacional".
La visita al monumento oficial del genocidio se realiza de forma protocolar por los mandatarios y personalidades que visitan el país. En 2001, el entonces Papa Juan Pablo II también visitó Ereván.

El año 1965 fue testigo de una de las primeras y únicas manifestaciones multitudinarias dentro de la Unión Soviética, con unas 100.000 personas en Ereván exigiendo a las autoridades soviéticas el reconocimiento del genocidio. Al año siguiente, comenzó la construcción del monumento.
Más tarde, el Papa visitará las ciudades de Gyumrí y Ereván, mientras que mañana irá a Khor Virap, al pie del Monte Ararat y a pocos kilómetros de la frontera cerrada con Turquía.