Reporteros sin Fronteras (RSF) publicó una campaña con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, en la que apunta a 12 mandatarios "que se enorgullecen de haber amordazado la información", entre ellos, los presidentes de Turquía y Azerbaiyán, Recep Tayyip Erdogan y Ilham Aliyev respectivamente.
La campaña titulada "The Wrong Party" muestra imágenes de presidentes, entre los que se encuentran también Nicolás Maduro y Vladimir Putin, "brindando por su victoria contra la libertad de prensa", junto a sus prontuarios en materia de persecución al periodismo.
El listado completo de líderes denunciados por RSF comprende a Salman bin Abdulaziz Al Saud (Arabia Saudita), Isaías Afeworki (Eritrea), Ilham Aliyev (Azerbaiyán), Abdelfatah Al-Sisi (Egipto), Prayuth Chan-ocha (Tailandia), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Kim Jong-Un (Corea del Norte), Ali Jamenei (Irán), Nicolás Maduro (Venezuela), Pierre Nkurunziza (Burundi), Vladimir Putin (Rusia) y Xi Jinping (China).
"La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por Reporteros sin Fronteras en 2016 muestra un deterioro profundo y preocupante de la situación, así como la limitada capacidad de acción de los periodistas para ejercer su oficio y desempeñar su labor con toda libertad e independencia, en particular en estos 12 países", resalta RSF.
"Frente a los mecanismos de censura y de control de la información, frente a los grandes aparatos de propaganda e ideológicos –en especial los religiosos radicales– hostiles al periodismo, la situación de la información independiente se ha vuelto precaria, tanto en el sector público como en el privado. En todo el mundo, oligarcas se han apropiado de medios de comunicación y ejercen sobre ellos presiones que se suman a las de los Estados, a menudo cómplices de estos grandes grupos", finaliza RSF.
En abril de este año, la agencia Prensa Armenia dio a conocer la noticia que un nuevo periodista argentino, Daniel Wizenberg, había sido agregado en la lista negra de la Cancillería de Azerbaiyán por ejercer su trabajo en la República de Nagorno Karabaj. La lista, que cuenta con más de 500 personas de todo el mundo, está actualmente compuesta por el editor de Internacionales de Clarín, Marcelo Cantelmi, junto a su hijo, Facundo Cantelmi, la periodista de Télam María Laura Carpineta y el periodista y editor de Perfil, Santiago Alberto Farrell, junto al empresario de origen armenio Eduardo Eurnekian y otros miembros de la comunidad armenia del país.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa se celebra desde 1993 por iniciativa de Naciones Unidas y la UNESCO en la Declaración de Windhoek.
En ese sentido, una periodista del diario español El País, relató hoy, con motivo del Día de la Libertad de Prensa, su experiencia cuando fue deportada de Turquía en octubre pasado "acusada de ser un riesgo para la seguridad pública".
"Me dirigía a Diyarbakir, conocida como la capital del Kurdistán turco, cuando fui interceptada por varios agentes de seguridad antes de poder siquiera alcanzar el control de pasaportes. Tras ser interrogada, me negué a darles acceso a mi correo y agenda de contactos; algo que implicaba poner en peligro a terceras personas. Por mucho que insistí no logré ejercer mi derecho de contactar con la embajada española. Tan sólo obtuve amenazas de reducirme, esposarme y tirarme en una celda si no consentía a las órdenes de los agentes", contó la periodista Natalia Sancha en una columna.
"Me arrebataron todas mis pertenencias en contra mi voluntad y me metieron en un cuarto, que en cualquier otro idioma se llamaría celda. Sin ventanas, ni agua potable o alimentos, la policía pegó un portazo echando el cerrojo tras de sí. De poco sirvió mi pasaporte español, como tampoco le sirvieron el italiano y austriaco a otras dos jóvenes allí encerradas. En esa misma celda una mujer afgana junto a sus tres hijos, el menor de apenas dos años, desesperaba tras 22 días con sus 22 noches confinados. Transcurridas 17 horas, la puerta se abrió para mandarme de vuelta a Beirut, acusada de representar un peligro para la seguridad pública y con una prohibición de entrada de cinco años, ampliable a diez". Según Sancha, "a mi caso han seguido muchos más, convirtiendo la deportación de periodistas extranjeros en práctica habitual".
"Y haciendo diaria la brutal represión por parte de las fuerzas de seguridad turcas contra aquellos compañeros locales para los que la profesión de informar se ha convertido en una de alto riesgo. A base de apagones informativos, Erdogan avanza en su empeño de convertir la prensa nacional en instrumento de propaganda", finaliza la periodista española.