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"El atentado que vivimos hoy, no es casual", señaló Mehmet Dogan, antropólogo y documentalista kurdo, en declaraciones a la Agencia Prensa Armenia. "El 7 de junio hubo elecciones generales en Turquía, con un triunfo revolucionario del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que es un frente amplio de kurdos, armenios, asirios, árabes, todas las minorías y progresistas turcos", destacó. "La estrategia de Erdogan es debilitar a este partido plurinacional y progresista", agregó, y señaló que se busca generar una "histeria nacionalista en Turquía" para "polarizar" a la sociedad de cara a las elecciones.
El ataque, que se produjo a días de las elecciones parlamentarias del 1° de noviembre, estuvo relacionado, según los analistas, con el proceso electoral, ya que la mayoría de los manifestantes eran del prokurdo HDP, que en las últimas elecciones logró tener representación parlamentaria por primera vez en la historia.
Selahattin Demirtas, copresidente del HDP, acusó al Estado turco de haberse convertido en "una mafia". Además, denunció que la policía antidisturbios fue la que se trasladó al lugar del atentado, en vez de las ambulancias, y anunció que el HDP cancelaría su campaña electoral luego del hecho.
Hace tres meses, el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización kurda considerada terrorista por el gobierno turco, firmó un alto el fuego con las autoridades. Pero el 20 de julio, ocurrió un atentado suicida de similares características en Suruç, cerca de la frontera de Siria, causando la muerte de 32 kurdos.
La primera reacción del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, luego del hecho, fue hacer referencia a los ataques por parte de la guerrilla kurda, al señalar que "no se distingue en nada de los actos de terror contra ciudadanos inocentes, funcionarios, policías y soldados".
