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viernes, 29 de agosto de 2014

Martín Fresneda: "La desigualdad económica hace sin duda a la discriminación"

29.8.14
Durante el acto llevado a cabo el miércoles 27 de agosto en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, en el que el INADI fue electo presidente de la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la Discriminación (RIOOD), Prensa Armenia dialogó con Martín Fresneda, secretario de Derechos Humanos de la Nación, sobre las problemáticas de la discriminación en Argentina.

¿Qué simboliza la RIOOD en materia de Derechos Humanos?

Creo que simboliza la confianza que se está teniendo en Argentina por cómo viene desarrollando la política de derechos humanos desde una perspectiva amplia, que dialoga sobre los problemas reales que ha tenido el país en su historia y cuál ha sido la modalidad para poder resolver esos problemas.

¿Destaca alguna política en particular en materia de discriminación?

La discriminación es el fruto también de los Estados que culturalmente no se incorporan a los nuevos tiempos de las condiciones humanas y los sujetos de derecho. Creemos que al haber podido resolver los grandes conflictos de impunidad y de ataque a la condición humana que se tuvo en el terrorismo de estado y haber tenido una política de memoria, verdad y justicia, eso nos permitió profundizar y diseñar una agenda de ampliación de derechos que tiene que ver con la igualdad de las personas y la no discriminación.

Hemos resuelto un conflicto concreto en relación a la discriminación que padecían las personas por optar un género, o las que querían compartir su vida con personas de igual género, o las que querían tener las mismas condiciones de igualdad jurídica de derechos por habitar el suelo argentino siendo extranjeros, o también las situaciones que hicieron de los pueblos originarios, durante toda su historia, una exclusión sistemática. La Ley 26.160 ha sido claramente una ley que permite construir las herramientas para recuperar esas identidades y que se incorporen dentro del sistema jurídico argentino, y con ello, un sistema de protección integral de los derechos de todos los ciudadanos que habitan el suelo argentino.

El concepto de inclusión social para nosotros es la justicia social. Esto tiene que ver con la posibilidad de la inclusión cultural en un Estado que acepte definitivamente la diversidad, la multiculturalidad y la igualdad de género.

¿La discriminación se toma a partir de conceptos de clase?

Creo que la desigualdad económica y la desigualdad de oportunidades de progreso hacen sin duda a la discriminación. Hablamos de clase en términos de políticas económicas, sociales y culturales, de sectores de nuestros pueblos que fueron postergados durante años y años, que no tuvieron acceso a la educación, a la cultura, a la información o a la comunicación. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en Argentina también es una ley que aporta a la lucha contra la discriminación, porque nos permite sumar todas esas voces que fueron calladas después de la etapa que vivió Argentina con un discurso único, un discurso hegemónico que no dialogaba con las otras voces que podían hacer un aporte sustancial a esta Argentina que tiene vocación en estos tiempos de nutrirse de muchas experiencias y en particular de incorporar a un pueblo a la mejor forma de vivir que es la libertad. Y la libertad tiene que ver con poder vivir con tu cuerpo, con tus afectos, con tu patrimonio, con tus tierras... todo eso hace a un enfoque de derechos humanos con una perspectiva amplia y que Argentina, sin duda, lidera.

Hace poco estuvo en boca de todos el tema de la discriminación a partir de lo que sucedió con Florencia de la V. ¿Esto lo toman como un retroceso en materia de derechos humanos?

No tiene que ver con una decisión de Estado. El Estado va a estar todo el tiempo velando para que no sucedan episodios que puedan inspirar a un sector de la sociedad a convertirse en sujeto activo de discriminación o segregación. Argentina como país y como Estado va a reprochar cualquier tipo de acciones que puedan implicar una afección al honor, a la personalidad, a la vida o a las elecciones de los seres humanos en Argentina o en la región. ¿Hay acciones de sectores de la sociedad que todavía discriminan? Sin duda. En la cancha lo vemos todo el tiempo. Y lo vemos como algo que preocupa y que tiene que ver con la falta de comprensión, de información y de formación de ciudadanos que necesitamos que se incorporen, que el Estado intensifique, y que todas las provincias acompañen este proceso virtuoso.

En definitiva, la discriminación tiene que ver con el sujeto que las propina, porque se cree mejor persona. El creerse mejor persona tiene que ver con una herencia cultural, de clase por cierto. O muchas veces tiene que ver con un futuro que soñó para sí mismo y no lo logró. El insulto y la humillación también son herramientas que tienen que ver con una visión política de quien las lleva adelante. Yo considero que institucionalmente la Argentina tiene un compromiso político y hay un consenso institucional para luchar contra todo tipo de discriminación.

Existen sectores de la sociedad que llevan adelante estas prácticas, y por supuesto que van a ser reprochadas y en todo caso tendrán que ser sancionadas. Nosotros no podemos permitir un doble estándar. Argentina es uno de los países que tiene a las políticas de derechos humanos como políticas de estado: va a seguir teniéndolas y va a reprochar cualquier tipo de acciones, vengan de quien vengan, sean del punto de vista de las opiniones o de las acciones concretas.



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