Los presidentes de Armenia y Azerbaiyán se reunieron el 19 de noviembre en Viena para discutir las perspectivas de un posible acuerdo en el conflicto por Nagorno Karabaj. En un encuentro elogiado por la mayor parte de la comunidad internacional y los mediadores del conflicto, el presidente armenio, Serzh Sargsyan, debatió con su par azerí, Ilham Aliyev, acerca de la posibilidad de avanzar con las negociaciones para llegar a un acuerdo pacífico que solucione la disputa por la región.
Según un comunicado del Grupo de Minsk de la OSCE, el organismo encargado de mediar en el conflicto, “los presidentes acordaron avanzar en las negociaciones para una solución pacífica”, e instruyeron a sus Ministros de Relaciones Exteriores a que sigan cooperando con el Grupo de Minsk con el objetivo de “intensificar el proceso de paz”. Además, se acordó una nueva reunión en los próximos meses.
También se encontraron presentes en el Hotel Palais Coburg los representantes de los países que conforman el Grupo de Minsk: Igor Popov por Rusia, Jacques Faure por Francia y James Warlick por Estados Unidos, así como también el representante del actual presidente de la OSCE, Andrzej Kasprzyk.
Algunos analistas de Armenia se mostraron escépticos con respecto al encuentro, resaltando que los presidentes “no se dieron la mano” durante el encuentro. Fuentes bien informadas sostienen que se habló sobre la posibilidad de reabrir el aeropuerto de Stepanakert, capital de Karabaj, un elemento clave para que la población local tenga una comunicación con el resto del mundo. Azerbaiyán había amenazado con derribar aviones civiles si esto ocurría, hecho que suscitó fuertes críticas internacionales. La reconstrucción del aeropuerto fue hecha por el empresario argentino de origen armenio Eduardo Eurnekian.
Azerbaiyán mantiene desde 1921 un conflicto con Armenia por la región de Nagorno Karabaj, históricamente poblada por armenios. Cuando fueron anexados ambas naciones a la URSS, el régimen comunista de Stalin cedió los territorios a Azerbaiyán soviética, aunque reconoció a Karabaj como región autónoma. Años más tarde, surgió en 1988 un movimiento por la liberación y autodeterminación de sus habitantes, una lucha que, luego de reiteradas matanzas contra la población armenia, derivó en una guerra, en la que participó Azerbaiyán contra los armenios de Karabaj, apoyados por Armenia. Con la derrota de Azerbaiyán, en 1994 se acordó un cese del fuego, que continúa vigente hasta ahora, aunque continuaron los ataques en la frontera, junto con las tensiones y mediaciones por el conflicto. Hoy en día, Karabaj logró constituirse como una República, aunque continúa sin ser reconocida como tal.
En los últimos años, el gobierno de Aliyev amenaza constantemente con reiniciar la guerra, mientras que también hace declaraciones racistas, como “nuestros principales enemigos son los armenios de todo el mundo”, premia y glorifica a un soldado que asesinó a un armenio mientras dormía y agrede a todo a aquel que visite Nagorno Karabaj “sin su consentimiento”.