Luego de conocerse la noticia de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan había suspendido su visita oficial a Brasil, Uruguay y Venezuela prevista para principios de febrero, la agencia Prensa Armenia accedió a numerosas fuentes que confirmaron los motivos de la fallida gira diplomática.
Las tensiones comenzaron con el tardío pedido de la embajadora turca de Uruguay, Argentina y Paraguay, Meral Barlas, quien, de acuerdo con el portal Ecos, cursó una consulta a la Cancillería uruguaya el viernes 26 de enero para conocer la disponibilidad del mandatario a dos semanas del supuesto viaje. Una de las causas más trascendentes fue la negativa del presidente uruguayo Tabaré Vázquez de recibir a Erdogan con agenda completa: solo accedió a un breve encuentro, algo que la diplomacia turca habría considerado insuficiente.
Además, el gobierno uruguayo rechazó las extremas medidas de seguridad exigidas por Turquía, que incluían a 100 custodios, francotiradores y perros de ataque. Los antecedentes tampoco ayudan al gobierno de Erdogan. En su visita a Chile y Ecuador en 2016, los custodios turcos agredieron a personas que se manifestaban pacíficamente. En Ecuador, la entonces presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, se quejó por las agresiones que sufrió el asambleísta Diego Vintimilla, quien sufrió golpes por parte de los guardias de seguridad de Erdogan en una marcha contra las matanzas de kurdos por parte de Turquía.
Pero sin dudas, el mayor escándalo ocurrió en mayo de 2017, durante la visita del presidente turco a Estados Unidos: luego de la reunión de Erdogan con Donald Trump, sus guardaespaldas golpearon salvajemente a manifestantes frente a la Casa Blanca. El hecho fue filmado por los propios agredidos y desató fuertes críticas a la administración de Trump. El propio John McCain, senador republicano, pidió que el embajador turco en Estados Unidos sea expulsado del país por haber dirigido los ataques. Un total de 19 guardias de la seguridad de Erdogan fueron llevados a juicio ese año por las agresiones.
Sumado a estos antecedentes, el gobierno de Tabaré Vázquez esperaba una manifestación por parte de la comunidad armenia en el país, estimada en unas 20.000 personas, un número importante en un país de 3 millones y medio de habitantes. Previo a la cancelación de la visita, la comunidad armenia entera había decidido pedirle a su presidente que le transmitiera el compromiso de Uruguay con el pueblo armenio, siendo que fue el primer país del mundo en 1965 en reconocer el genocidio negado por Turquía. Si bien la dirigencia comunitaria había anunciado que no se oponía a la visita y a la profundización de las relaciones bilaterales, advirtieron acerca de las denuncias contra Erdogan por sus violaciones a los derechos humanos -Turquía es hoy, y por segundo año consecutivo, el país que tiene más periodistas presos según el Comité para la Protección de los Periodistas- y anunciaron que realizarían protestas pacíficas.
La Cancillería de Uruguay se enteró el mismo martes 30 de enero de la suspensión del viaje a través de los medios. "Hasta la tarde de este martes, el gobierno uruguayo no tenía novedades oficiales sobre la cancelación", informó el portal Ecos luego de consultar al subsecretario uruguayo de Relaciones Exteriores, Ariel Bergamino. "En una reunión efectuada pocas horas antes en el Palacio Santos, se le solicitó información a Barlas. La diplomática se comprometió a realizar consultas ante su gobierno en Ankara, pero la respuesta sigue sin llegar".
Entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre se realizará en Argentina, y por primera vez en Sudamérica, la reunión del G20, presidida por Mauricio Macri. Se cree que Erdogan viajaría primero a Uruguay y luego a Argentina para esa reunión de la que también participarían Donald Trump, presidente de Estados Unidos, Angela Merkel, canciller alemana, Theresa May, primer ministra de Reino Unido, el líder francés Emmanuel Macron, el presidente de Brasil, Michel Temer, y los futuros mandatarios de China, Rusia e Italia, entre otros.
Erdogan ya había cancelado una visita a Buenos Aires en 2010: en esa oportunidad iba a asistir como Primer Ministro a la inauguración de un busto de Mustafá Kemal, el autodenominado Atatürk y fundador de la Turquía moderna, quien continuó el Genocidio Armenio e instauró la política estatal de negacionismo del crimen de lesa humanidad. La presión de la comunidad armenia hizo que el gobierno de la Ciudad encabezado por Macri diera marcha atrás con el proyecto de homenaje, causando la suspensión del viaje de Erdogan.
Años después, en septiembre de 2013, viajó a Argentina para participar de una sesión del Comité Olímpico Internacional y apoyar la candidatura de Estambul como sede de los Juegos Olímpicos del 2020. En esa oportunidad, hubo una fuerte movilización de la comunidad armenia del país frente al hotel Hilton para repudiar la visita.