La escalada de violencia que inició Azerbaiyán y que alcanzó a la población civil del territorio armenio, fue la mayor desde el cese del fuego acordado en 1994.
"Sabíamos que este día podía llegar. Sabíamos que los cañones que cesaron el fuego en 1994 nunca se habían enfriado. Sabíamos que el plan de limpieza étnica de armenios nunca había sido guardado en un cajón", comenzó Guillermo Ferraioli Karamanian en nombre de la comunidad armenia de la Argentina.
"Estamos aquí exigir el reconocimiento del derecho autodeterminación del pueblo de Nagorno Karabaj y el nunca más de los delitos de humanidad cometidos por Azerbaiyán", continuó Karamanian.
"La comunidad armenia de la Argentina expresa su solidaridad con las autoridades de la República de Nagorno Karabaj. Apoya a sus fuerzas de autodefensa y reafirma su compromiso con la lucha iniciada por su pueblo en 1988 que culminó con la declaración de la independencia en 1991", reza el comunicado firmado por todas las instituciones de la comunidad días atrás.
"Ante la grave situación planteada, solicitamos a las autoridades de la Nación Argentina que exhorten a las partes a circunscribir la solución del conflicto en el marco de las negociaciones desarrolladas en el Grupo de Minsk, y de esta forma evitar un estallido regional con consecuencias imprevisibles".
La disputa por el territorio de Nagorno Karabaj o Artsaj (su nombre armenio), comenzó durante la sovietización de Armenia y Azerbaiyán, cuando Joseph Stalin entregó Karabaj, históricamente poblada por armenios, a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán en calidad de región autónoma en 1923.
En mayo de 1994, con la victoria armenia, Armenia, Nagorno Karabaj y Azerbaiyán firmaron un cese del fuego que -legalmente- se mantiene hasta la actualidad, pero el gobierno azerí no cumple. El Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), compuesto por Estados Unidos, Rusia y Francia, es el organismo que lleva adelante las mediaciones para la solución del conflicto.
