A raíz de una carta de lectores firmada por el embajador de Azerbaiyán, Mammad Ahmadzada, en el diario La Nación el martes 2 de septiembre en respuesta a una editorial del mismo medio titulada "El futuro de Nagorno Karabaj", distintas personalidades relacionadas con los temas armenios mostraron su rechazo y repudio a los contenidos vertidos en la carta.
El embajador de Armenia en la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, Vahagn Melikian, recordó que "en 1988, de plena conformidad con las leyes vigentes sobre la secesión de las unidades administrativas de la ex Unión Soviética, el Consejo Supremo de Nagorno Karabaj hizo uso de sus derechos constitucionales y resolvió solicitar la transferencia de la región autónoma a la República S.S. Armenia, decisión política civilizada que fue respondida por las autoridades de Azerbaiyán con los terribles pogromos de Sumgaít, con el asesinato de civiles inocentes, y la persecución y amenaza de muerte a medio millón de armenios que vivían en todo el territorio de Azerbaiyán".
"Ante el peligro de un nuevo genocidio, esta vez a manos de azeríes, la población armenia de Nagorno Karabaj, más de las tres cuartas partes del total, emprendió la autodefensa y se aseguró la victoria frente al ejército regular de Azerbaiyán, restituyendo los territorios a sus pobladores históricos", explicó Melikian, y añadió que "el 2 de setiembre de 1991 declaró su independencia y se constituyó democráticamente en la República de Nagorno Karabaj".
El Dr. Roberto Malkassian, profesor de Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho de la UBA, indicó que "los armenios de Karabaj ejercen su derecho a la autodeterminación conforme al derecho internacional, porque nada los une a un pueblo que los discriminó y mantuvo en el más paupérrimo de los subdesarrollos". Con relación a los principios de integridad territorial a los que hizo referencia el Embajador azerí, Malkassian destacó que, según la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia (La Haya) sobre la independencia de Kosovo, "ese principio no es aplicable al caso de Karabaj".
"¿Es el choque de los nacionalismos irredentos y militarizados el modo de resolver el conflicto de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán? ¿Por qué molesta tanto su reconocimiento como estado independiente? Sencillamente porque pone en contradicción los dos principios que sostienen el sistema interestatal hoy en crisis: la integridad territorial de los Estados y la autodeterminación de los pueblos. Con un elemento histórico del que no se puede prescindir: no se le puede pedir al pueblo armenio, víctima del primer genocidio del siglo veinte –que aún no ha sido reconocido por el estado que lo perpetró– renunciar a su derecho a la autodeterminación en las tierras que habitó y habita", opinó Fabián Bosoer, politólogo, periodista, editor del diario Clarín y veedor internacional en las elecciones presidenciales de Nagorno Karabaj del año 2012. "En el actual contexto internacional, la soberanía de los estados adquiere legitimidad en tanto y en cuanto estos estén en condiciones de garantizar la integridad soberana de los pueblos que los habitan. Allí está esta pequeña república del Cáucaso mostrando su existencia, al cabo de más de veinte años, esperando una solución justa y pacífica a otro conflicto detrás del cual rugen los ventarrones de guerras y odios seculares".
El Consejo Nacional Armenio, que emitió un comunicado el 2 de septiembre por el 23º aniversario de la declaración de independencia en Karabaj, expresó que "la consolidación de la República de Nagorno Karabaj es un proceso irrefutable, en la medida en que a pesar de todas las dificultades ha logrado establecer no solamente mecanismos institucionales desde lo formal, sino que ha sabido comprender el rol que la voluntad popular puede tener en la construcción de un Estado".
"Todo aporte desde otras naciones a su reconocimiento pleno es una contribución a la paz en la región y a garantizar la seguridad de su población. Esto sólo será posible en la medida que Azerbaiyán abandone sus pretenciones de 'recuperar' algo que nunca ha perdido, porque nunca le perteneció. El pueblo de la República de Nagorno Karabaj defiende y construye cotidianamente su propio destino", finaliza el comunicado.