Los presidentes de la República de Armenia, Serzh Sargsián, y de la República Oriental del Uruguay, José Mujica, firmaron el miércoles pasado una declaración conjunta “reafirmando el alto nivel de las relaciones bilaterales y la estrecha cooperación basadas en la amistad recíproca”, según consta en dicho documento dado a conocer ayer.
Las partes reafirmaron la necesidad de solucionar el conflicto de Nagorno Karabaj a través de medios pacíficos con la intermediación de los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE, “sobre la base de los principios y normas del derecho internacional, incluyendo la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, la igualdad de derechos de los pueblo y su derecho a la libre determinación, la integridad territorial de los estados”.
Luego de destacar la necesidad de que los países y las organizaciones internacionales tengan una visión objetiva de la situación en torno a Nagorno Karabaj con el fin de contribuir a alcanzar una solución negociada entre las partes, subrayaron que son inaceptables los medios unilaterales de presión económica sobre Armenia como bloqueos, cortes de carreteras y aislamiento económico, en alusión al bloqueo que mantiene Turquía desde 1993.
Más adelante la parte armenia recordó que Uruguay fue el iniciador del proceso de reconocimiento internacional del Genocidio Armenio y luego de formular un llamado a los estados del mundo a reconocer y condenar el crimen cometido en 1915, agradecieron a las autoridades uruguayas por la resolución de fundar un museo del Genocidio Armenio en Montevideo.
Finalmente ambas partes expresaron su profunda preocupación con relación a los actos de violencia que continúan sucediéndose en Siria y expresaron su apoyo a todos los esfuerzos internacionales orientados al restablecimiento de la paz y la estabilidad en dicho país y en ese sentido, la parte armenia elogió el ofrecimiento del Presidente uruguayo de recibir en su país a los ciento veinte refugiados sirios que actualmente están en campos de ACNUR.
Nagorno Karabaj es una región históricamente poblada por armenios, pero que fue entregada a Azerbaiyán por la Unión Soviética en 1921. En 1988 la población de Karabaj pidió separarse de Azerbaiyán, lo que desembocó en masacres y persecusiones a armenios y luego en una guerra que se extendió hasta 1994, cuando las fuerzas de Nagorno Karabaj vencieron al ejército azerí. A pesar de que se firmó un cese del fuego, actualmente Azerbaiyán amenaza con reanudar la guerra. Hoy en día, Karabaj logró constituirse como una República con todas las instituciones democráticas de un Estado de derecho, aunque continúa sin ser reconocida como tal.