La ceremonia, llevada adelante por el cardenal Mario Poli, el arzobispo Kissag Mouradian y el obispo Vartan Boghossian, contó con la presencia del subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad, Claudio Avruj, el Dr. León Carlos Arslanian, los embajadores de Armenia, Líbano y otros diplomáticos, así como también distintos dirigentes de la comunidad armenia.
"La inolvidable Misa Pontifical del domingo 12 de abril en la Basílica de San Pedro y la aceptación de la figura de San Gregorio de Narek entre los doctores de la Iglesia Universal fueron hechos históricos que llevaron consuelo y reforzaron los dolidos corazones de la armenidad en el marco de la conmemoración del Centenario", decía la carta enviada al Papa y firmada por todas las instituciones de la comunidad armenia, que leyó Carlos Manoukian, de la Comisión Conmemorativa del Centenario del Genocidio Armenio, durante la celebración. El cardenal Mario Poli, por su parte, resaltó la "valiente actitud" que tomó el Papa al condenar tres genocidios del siglo XX: el perpetrado por Turquía, el stalinismo y el nazifascismo. La ceremonia terminó con un coro de cien voces evocando el centenario del genocidio.
El reconocimiento del Papa Francisco en abril sirvió como base y fundamento para posteriores reconocimientos como el Parlamento Europeo, también en abril, o el Senado Federal de Brasil el pasado 2 de junio. Por parte de Turquía, hubo fuertes críticas a la decisión del Sumo Pontífice. La cancillería de Turquía emitió un comunicado horas después de que se conociera la noticia, en el que calificó al Papa Francisco como "discriminador", lo acusó de estar "bajo la influencia de la narrativa armenia" y anunció que llamaría a consultas a su embajador en el Vaticano.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó su "condena" contra el Papa Francisco y le "advirtió" que "no vuelva a cometer un error de este tipo". "Cuando los políticos y los religiosos asumen el trabajo de historiadores, no dicen verdades, sino estupideces", añadió el mandatario de Turquía en su momento. Un Ministro de Turquía declaró días después que el reconocimiento se dio porque el Sumo Pontífice "es de Argentina", un país que "dio la bienvenida a los nazis, que fueron los principales autores del Holocausto judío".
La dura respuesta de Turquía se dio, no solo por el reconocimiento, sino porque el Papa condenó la negación del genocidio al afirmar que "hoy estamos viviendo una especie de genocidio causado por la indiferencia general y colectiva".
